lunes, 14 de junio de 2010

"Los celos entre hermanos" por María Ferrer, sacado de la revista "Aula Infantil"

"Hoy María, que tiene tres años, está enfadada. Por la mañana, cuando su padre la ha despertado para ir a la escuela, se ha puesto a llorar porque no quería vestirse, luego no le ha gustado el desayuno, y antes de salir de casa ha tenido una rabieta porque quería llevarse un cuento a la escuela… Cuando ha visto que su madre se quedaba en casa con Pablo, de seis meses, ha explotado: - ¡Sólo os interesa Pablo, siempre estáis pendientes de él y no os importa nada de los que yo hago!. Durante las últimas semanas esta situación se repite casi a diario, varias veces al día. Las explosiones de ira de María cuando siente que ha “perdido” la atención exclusiva de sus padres y que debe compartirla con su hermano forman parte de la expresión del sentimiento de celos.
Los celos se producen cuando nos sentimos en desventaja, real o imaginaria, y se inician en un momento de necesidad afectiva. Se describen de diversas maneras: como frustración de amor, como rivalidad fraterna, como envidia entre hermanos, como ambivalencia afectiva y, sobre todo, como conflicto afectivo propio de las edades egocéntricas. En realidad, el sentimiento de celos es el miedo de perder el afecto del otro y representa un conflicto; es la interferencia de un tercero en una relación.
Ortigosa (2002) define los celos como una reacción adaptativa infantil transitoria, causada por una alteración emocional y de ciertas conductas.
Los celos son normales y representan una sana señal de desarrollo y de la capacidad de relación. La rivalidad entre hermanos es formativa, ya que ayuda a superar el egocentrismo infantil y, a su vez, permite desarrollar recursos internos de superación; es una experiencia de relaciones con otras personas que luego debe trasladarse al mundo social. Por lo tanto, la rivalidad fraterna es un ensayo de la vida social y consiste en tomar a los hermanos como compañeros de prácticas para la socialización y la competencia social.
Algunos autores apuntan que los celos son más frecuentes entre hermanos del mismo sexo y de edades similares, ya que la competencia entre ellos es mayor: les gustan los mismos juguetes, hacen las mismas actividades… Además, sin darse cuenta, los padres pueden llegar a fomentar la rivalidad si ven el subsistema de los hermanos como un todo y les resulta más cómodo que vayan juntos a clases de natación, que vayan a la misma escuela, que compartan habitación… Sería deseable favorecer el desarrollo de la individualidad de cada hijo, como sugieren varios autores. (...) Disminuir el sentimiento de celos significa hacer crecer la autoestima; es decir, todo aquello que desarrolle el valor de uno mismo facilitará la resolución de los celos.
La reflexión de los padres sobre sus propias actitudes hacia los hijos ayudará a comprobar si se está fomentando un exceso de rivalidad que podría provocar sentimientos negativos. Así, no hay nada peor que la comparación entre hermanos para provocar celos “tu hermano es más simpático que tú”, “¿no ves que Pablo come más que tú?”. También provocará celos tratar de forma desigual a los hijos, sobre todo en función del sexo, más que en función de la edad. El hecho de no aceptar las diferencias entre los hermanos, haciendo que todos hagan exactamente lo mismo, supone no atender a la individualidad y a la formación de cada uno como ser único y especial. La tendencia a resaltar las conductas negativas y a fijarse poco en las positivas reforzará el mantenimiento del comportamiento que los padres no desean, ya que muchas veces los niños repiten aquellas acciones que saben que obtienen más atención por parte de los adultos.
Comprender y aceptar que María se siente amenazada ante la posibilidad de que Pablo pase a ocupar el lugar que hasta ahora ocupaba ella ayudará a los padres, y en consecuencia a María, a resolver los sentimientos negativos. Obviamente, los padres deberán acumular grandes dosis de tolerancia y paciencia ante las manifestaciones explosivas o regresivas de María. Tal vez habrá que aumentar la atención individualizada a María sin que pierda su ritmo de relaciones y actividades: organizar los horarios para que su madre también pueda acompañarla a la escuela, o hacer salidas a su parque favorito, o sencillamente pasar algunas horas a solas intimando y ahondando en la relación. Al fin y al cabo, de lo que se trata es de transmitir a María que el amo compartido no significa menos amor.Aunque los celos pueden aparecer a cualquier edad, suelen ser una de las características de la etapa egocéntrica, entre los tres y los cinco años, ya que son la respuesta a la frustración de unos intereses egocéntricos. Si además coinciden factores externos que causan inestabilidad emocional, la crisis y la angustia del niño o la niña será más visible."

viernes, 9 de octubre de 2009

Ni blandos ni represores

Sacado del libro "El NO también ayuda a crecer" (Mª Jesús Álava):

"Si aprendes a observar a los niños, éstos te indican claramente lo que necesitan; pero también es cierto que rápidamente "captan" nuestros estados y emociones, y pocas cosas les perturban tanto como ver a un "adulto inseguro". (...) ¿Qué significa ser progresista o tradicional en educación? En los años setenta y ochenta se extendió el concepto de que ser progresista o liberal significaba educar a los niños "en libertad". La mayor parte de los universitarios de aquella época salimos de nuestras facultades confundiendo estos términos. En general, y según los planteamientos que indicaban un profundo desconocimiento, pensábamos que ser progresista signifacaba "educar a los niños sin límites". (...) No es progresista quien no pone límites, ni tradicional el que sólo quiere el inmovilismo. cuando decimos que los niños necesitan pautas, normas, reglas, límites, hábitos... no lo decimos para "anularlos", sino todo lo contrario.(...) Confundir progresismo con ausencia de normas y tradicional con represión, es tan absurdo como ilógico sería pretender poner una etiqueta a lo que debe ser, llana y claramente, una educación basada en el sentido común."

Inauguración de la Escuela de Padres

¡Bienvenidos!
Espero que esta experimental forma de poner en común nuestras preocupaciones educativas sea fructífera, y participe el mayor número posible de personas.
Hasta pronto